LA CASHARRACA Y EL CASHAULLU, MÁS ALLÁ DEL AMOR
DOI:
https://doi.org/10.55996/manguare.v3i1.231Palabras clave:
CASHARRACA Y EL CASHAULLUResumen
En la llacta de Quishcambal, muy cerca de las llactas de Quillay, Laumán, Siupán y Luvín, hace mucho, pero mucho tiempo, sucedió un hecho que, hasta ahora, está en la memoria y en la punta de la lengua de muchos pobladores de esta zona. Pues, aquí en esta llacta nació una niña muy hermosa que, por su singular belleza, le pusieron el nombre de Wayta; es decir Flor. Ella, con el correr del tiempo, debido a una característica muy especial de su órgano sexual, le llamaron Casharraca. Ella pues, desde la adolescencia, en vez de vello púbico, le creció espinas delgadas y punzantes. Espinas que exhalaban veneno y causaron muchas muertes de jóvenes pretendientes.