Epememu y sus rivalidades
Epememu and its rivalries
Epememu shiwagdaikamuji
DOI: https://doi.org/10.55996/manguar.v4i1.302
Recibido: 15-12-2024 Aceptado: 25-01-2025
Juan Lauro Flores-Heredia
Universidad Nacional Intercultural “Fabiola Salazar de Leguía” de Bagua
Escuela profesional de Biotecnología
Resumen
Jeison y Chamik, una pareja originaria de la comunidad Awajun de Nazaret, viven una vida llena de amor y felicidad junto a su hija Emilia Beatriz. Chamik, desde pequeña, había crecido en la selva, y junto a Jeison compartieron una relación que creció desde su niñez, llevando a un amor profundo y duradero. Sin embargo, la tranquilidad de su vida se ve alterada con la tribu de los Epememu. En su búsqueda de ayuda, Juan Tsajuput, dirigente de los Epememu, llega a Nazaret y se enamora de Chamik al verla por primera vez. A pesar de sus avances, Chamik le rechaza, recordándole su amor por su esposo. Ofendido, Juan Tsajuput decide tomar venganza y, al aprovechar la ausencia de Jeison, viola a Chamik. Cuando Jeison regresa y se entera de lo sucedido, decide emprender una travesía en busca de justicia. Con un grupo de hombres valientes, viaja a la comunidad de los Epememu, donde se desata un violento enfrentamiento entre ambas tribus. Después de horas de lucha, los Epememu se refugian en su casa, que resiste todos los intentos de ser destruida. Esto como consecuencia genera una rivalidad profunda entre las comunidades, dejando huellas de dolor y resentimiento.
Abstract
Jeison and Chamik, a couple from the Awajun community of Nazareth, live a life full of love and happiness with their daughter Emilia Beatriz. Chamik, since she was a child, had grown up in the jungle, and together with Jeison they shared a relationship that grew from childhood, leading to a deep and lasting love. However, the tranquility of their life is altered by the Epememu tribe. In his search for help, Juan Tsajuput, leader of the Epememu, arrives in Nazareth and falls in love with Chamik upon seeing her for the first time. Despite his advances, Chamik rejects him, reminding him of her love for her husband. Offended, Juan Tsajuput decides to take revenge and, taking advantage of Jeison's absence, rapes Chamik. When Jeison returns and learns what happened, he decides to set out on a journey in search of justice. With a group of brave men, he travels to the Epememu community, where a violent confrontation breaks out between the two tribes. After hours of fighting, the Epememu take refuge in their home, which resists all attempts to destroy it. As a consequence, this generates a deep rivalry between the communities, leaving traces of pain and resentment.
Jeison Chamikjai, íinia aents nuwentin batsatkamu Nazarethnumia shiig anendaiyas batsatui nawanji Emilia Beatrizjai. Chamik, tsákat nagkamas tsakajui ikámnum. Jeisonjai kumpania pujusá tsakajui, nuniak tsakat nagkamsan shiig senchi anendaiyas batsamsauwai. Tujash, maak pujamun, utugchatan itauwai Epemimunmaya aidau. Yaibaun egak, Juan Tsajuput, kakaji Epemimunmaya jegauwai Nazareth nuniak shiig senchi wakekauwai Chamikin yama wainbauwaik. Iniasui, tujash Chamik dakitjauwai, aishin aneau asa. Kajeká, Juan Tsajuput iikmaktajai tiuwai, nuniak Jeison jegá atsámunum, Chamikin aikauwai. Jeison jeen wakitki dekauwai tsuwat nagkaemakbaun, iikmaktajai tiu. Aents kakajam aidaun ijumja wedau Epeminu batsatbaunum, utugchat maniamu nagkaemakiuwai tikich shiwagjai. Dukap tsawan maania Epemimunmaya jeen uumkaju nunik utumainchau wajasu. Juka jintinkagtawai wajuk amuewa jimag batsatkamunmaya kajegdaimauk ejekagtawai waittanu najaimasa diyamun .
Epememu y sus rivalidades
En el corazón de la selva Awajun, en un pequeño poblado al borde del río Marañón, vivían Jeison y Chamik, una pareja que profesaba un amor profundo y sincero. A diario, Jeison le decía a su amada: "Te amo con todo mi corazón, mi alma y mi mente, eres lo más preciado que tengo, agradezco a Dios por haberte puesto en mi camino y alumbrado mi destino. Haces de mis días los más felices, con tu hermosa sonrisa eres capaz de cambiar lo más oscuro en luz." Chamik, que era madre de su hija Emilia Beatriz, sentía un amor incondicional por su hija, quien, a sus 4 años, era el centro de su vida. Para Jeison, no había mayor dicha que ver a su pequeña hija llenar la casa de risas y alegría.
Chamik era originaria de la comunidad de Nazaret, un pequeño asentamiento en la selva Awajun, al otro lado del río Marañón. Nació y creció rodeada de los densos árboles de la selva, y desde pequeña estuvo familiarizada con la vida sencilla y tranquila de su gente. A los 5 años, conoció a Jeison, quien también había nacido y crecido en la selva. Juntos, compartieron su infancia, y desde temprana edad, empezaron a sentir un cariño profundo el uno por el otro. El tiempo hizo lo suyo, y cuando ambos alcanzaron la adolescencia, ese cariño se transformó en un amor puro y verdadero, lo que los llevó a unirse bajo la luz de la luna en una ceremonia íntima, donde, con el paso de los años, nació su hija. La vida para Chamik y Jeison parecía ser un sueño hecho realidad, lleno de paz y amor.
A pocos minutos de Nazaret se encontraba el puerto Samaren, un punto clave en la región que servía de enlace para diferentes comunidades Awajun. Pueblos como Yupicusa, Pai, Chipe Kusu y otros, eran conocidos por su bondad y hospitalidad hacia los forasteros. Sin embargo, existía una tribu en particular, los Epememu, cuyo comportamiento era muy diferente. Los hombres de esta tribu eran conocidos por ser agresivos y salvajes con los forasteros, dispuestos a enfrentar cualquier amenaza. Esta actitud los mantenía distantes de otras comunidades, pero, por alguna razón, la tribu de los Epememu no temía mostrar su naturaleza beligerante.
La vida en las comunidades Awajun, aunque en su mayoría era pacífica y armoniosa, a veces se veía afectada por problemas como la escasez de alimentos. Un día, la sequía golpeó fuertemente a los pueblos, y cultivos esenciales como el plátano, la yuca, las coconas y los camotes dejaron de crecer, lo que causó una gran preocupación. Las madres y los niños lloraban por la falta de alimentos, y los cazadores, por más que intentaron, no lograron encontrar animales para mitigar la hambruna.
Ante esta situación desesperante, Juan Tsajuput, el dirigente de la tribu de los Epememu decidió emprender un viaje en busca de ayuda. En su recorrido, pasó por la comunidad de Yupicusa, donde encontró a sus habitantes con abundantes racimos de plátano y yuca. Estos bailaban y bebían masato, celebrando una abundancia que no compartían los demás. Al llegar, Juan Tsajuput se presentó y explicó su difícil situación. Abel Shawit, el líder de la comunidad de Yupicusa, lo recibió calurosamente: "Sean bienvenidos, mi casa es vuestra, adelante pasen hermanos", dijo. Le ofrecieron masato y abundante yuca, y después de la comida, decidieron continuar su travesía hacia Nazaret.
Al llegar a la comunidad de Nazaret, Juan Tsajuput vio a una joven mujer que le cautivó por su belleza. Era Chamik, la esposa de Jeison. Juan Tsajuput, impresionado, no pudo evitar acercarse a ella y, entre halagos, le expresó su admiración: "Me pareces alguien muy hermosa, veo tus ojos brillar al caminar, tu extensa cabellera resalta, también tus dotes. Me gustaría conocerte un poco más." Sin embargo, Chamik, con educación y firmeza, respondió: "Agradezco tus halagos, pero no puedo corresponderte, tengo un adorado esposo y una hermosa hija que me están esperando en casa. Ellos son el milagro más grande que me ha pasado en la vida."
La respuesta de Chamik dejó a Juan Tsajuput desconcertado, y en su corazón empezó a crecer un odio hacia ella. En su mente, transformó el amor en rencor, sintiendo que su deseo no correspondido debía ser vengado. Decidió tomar la justicia en sus propias manos.
A la mañana siguiente, cuando Jeison había salido a cazar y Emilia Beatriz estaba dormida, Juan Tsajuput aprovechó para ingresar sigilosamente en la casa de Chamik. La sorprendió por la espalda y, con una actitud violenta, le dijo: "Hoy serás mía; me gustas demasiado y quiero que seas mía y solo mía." Chamik, temerosa, intentó resistirse, pero ya era demasiado tarde. Aquel hombre había arrebato su dignidad en un acto de brutalidad que dejó una herida profunda en su alma.
Cuando Jeison regresó a su hogar, notó algo extraño en la actitud de su esposa. Al acercarse para darle un beso, ella se apartó, guardando silencio. Con preocupación, le preguntó qué sucedía, pero Chamik, con lágrimas en los ojos, le reveló lo sucedido: "Hace dos horas, vino un hombre de la tribu de los Epememu. Me arrebato mi dignidad".
Devastado por la noticia, Jeison decidió tomar venganza. Como era común en las costumbres Awajun, la ley del "ojo por ojo, diente por diente" dictaba que el mal hecho debía ser pagado con la vida. Jeison reunió a un grupo de hombres valientes de su comunidad y partió hacia el pueblo de los Epememu en busca de justicia.
Tras un violento enfrentamiento, donde las lanzas volaban por el aire, Jeison y sus hombres lograron hacer frente a los Epememu. Sin embargo, la lucha no terminó allí. Los Epememu se refugiaron en su casa, una construcción tan robusta que resistió todos los intentos de ser destruida. La venganza no fue total, pero de allí nació una rivalidad entre las dos tribus, que se mantuvo a lo largo del tiempo.